Incendios extraordinarios.

Quizá si pensamos en un incendio extraordinario, nos viene a la mente esas enormes columnas de humo que avanzan inexorablemente, la gente saliendo de sus casas a toda prisa, numerosos medios aéreos sobrevolando... Pero, ¿qué es exactamente un incendio extraordinario?¿A partir de que magnitud puede considerarse como tal?

El incendio de Castrocontrigo (León) 2012. Fuente.


Aunque por otro lado, ¿podemos considerar como extraordinario algo que viene sucediendo verano tras verano? Si tenemos incendios complicados todos los veranos, ¿hasta qué punto podemos decir que son eventos fuera de lo normal?

Existe un dato fácilmente medible que solemos usar para estimar indirectamente la virulencia del incendio y no es otro que la superficie. Asociamos incendios grandes con incendios virulentos, asumiendo el riesgo de que algunos incendios virulentos se quedan en poca superficie por ausencia de continuidad, como por ejemplo  el incendio de Reillo 2012. Aun así, la superficie es un buen estimador de la magnitud del problema a que nos enfrentamos. Independientemente de su intensidad, un incendio pequeño es un problema, pero un incendio de gran superficie son muchos problemas.
 
El incendio de Reillo (Cuenca) 2012 en uno de sus peores momentos. Fuente.

Si analizamos las superficies de todos los incendios registrados en la provincia en los últimos dos decenios, nos encontramos que nuestro incendio medio es realmente pequeño: tan sólo 14,16 ha de superficie forestal afectada. Por tanto, lo cotidiano es hacer frente a siniestros de baja o muy baja superficie. Pero para tratar de discriminar los extremos y de ver realmente cuales son los incendios menos habituales, utilizaremos percentiles.

Si consideramos toda la serie de superficies forestales afectadas por los incendios en los dos últimos decenios, tenemos los siguientes resultados:
  • Percentil 98: 32,88 ha
  • Percentil 99: 129,80 ha
Esto quiere decir que de todos los incendios a los que se ha enfrentado el dispositivo, tan sólo el 1% ha tenido una superficie mayor de 130 ha. Para nosotros, un incendio que supere las 30 ha es un fenómeno raro, poco habitual, pero si el incendio supera las 130 ha se convierte en un incendio extraordinario. Sin embargo, prácticamente todos los veranos hay algún incendio que supera ampliamente estas cifras y, por eso quizá puede parecer que estos incendios forman parte de nuestra cotidianeidad, pero nada más lejos de la realidad. Estos incendios suponen un verdadero reto para los dispositivos de extinción y requiere de una actuación y de un despliegue tan extraordinario como la amenaza.

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