La polémica del incendio estabilizado.

Desde hace pocos años ha irrumpido en las noticias el término "incendio estabilizado". Su uso se generalizó desde la campaña de 2012, donde hubo numerosos incendios con gran repercusión mediática. Desde entonces el tecnicismo empezó a oírse en radios, televisiones, periódicos, redes sociales, etc, y siempre que aparece viene acompañado de polémica.

De acuerdo a la mayoría de planes de emergencia en España, podemos resumir la evolución de un incendio forestal de la siguiente manera:

Incendio activo: Aquél en el que las llamas se extienden sin control.

Incendio activo en Uclés (Cuenca)

Incendio estabilizado: Aquél que sin llegar a estar controlado, evoluciona favorablemente al
no presentar frentes activos que hagan avanzar el fuego. Podemos decir que el incendio está dentro de capacidad de extinción.

Incendio estabilizado en La Puebla del Salvador (Cuenca)

Incendio controlado: Incendio en el que todo el perímetro se encuentra rodeado por una línea
de control, formada por una franja de terreno sin vegetación o con vegetación ya quemada, pudiendo
quedar en su interior algunos puntos de ignición.


Incendio controlado en Huete (Cuenca)

Incendio extinguido: Incendio forestal en el que no existen materiales en ignición dentro de su
perímetro.

Incendio extinguido en Uclés (Cuenca)

Los que no están de acuerdo con éste nuevo vocablo argumentan que se trata de un término "político" y no técnico; una forma de decir que se está trabajando en el incendio pero todavía no estamos alcanzando resultados. Otras veces se argumenta que es un término que nunca ha existido y que es un añadido innecesario a los clásicos incendios activos, controlados o extinguidos.

Pero lo cierto es que se trata de un término técnico que surge por la necesidad de rellenar el enorme hueco existente entre incendio activo e incendio controlado. Ya hemos comentado en artículos anteriores que la extinción de incendios forestales ha evolucionado enormemente en los últimos 10-15 años, y de igual forma, se ha incrementado la repercusión mediática de los mismos. De todo esto, surge la necesidad de aumentar la clasificación clásica con el nuevo término "incendio estabilizado".

Incendio activo que empieza a mostrar un comportamiento extremo en Cañada del Hoyo (Cuenca)

Esta reciente reclasificación no es un simple capricho, y de hecho, es muy probable que se vaya expandiendo todavía más y contemplemos nuevos términos para determinadas situaciones. Porque ¿qué es exactamente un incendio activo?¿Es lo mismo un incendio activo en febrero que en julio?¿Es igual un fuego estacionario de superficie que un incendio de comportamiento extremo? En algo tan complejo y dinámico como un incendio forestal es evidente que la palabra "activo" se quede corta. De igual forma que escuchamos en los medios huracanes de categoría 2, 3, etc. o terremotos 5, 6, etc. en la escala Richter, tenemos que pasar a hablar de incendios forestales de diversas categorías en función de su dimensión y su comportamiento.

Incendio veraniego de superficie ardiendo con intensidad media.

En realidad es algo que los servicios de extinción venimos haciendo ya, clasificando los incendios en diversos grados (¡cuidado! no conviene confundirlo con los famosos niveles de emergencia 0, 1, 2 y 3) y adaptando la estructura del dispositivo de extinción a dicha clasificación. Quizá lo que haga falta es una clasificación a nivel global (o al menos nacional) para igualar criterios.

Incendio activo de superficie en invierno quemando en baja intensidad.

En resumen, el incendio estabilizado es sólo el principio. En esta sociedad con acceso inmediato a la información se crea la necesidad de concretar mucho más la evolución de una emergencia y explicar con mayor detalle las cosas.

Comportamiento extremo en Poyatos (Cuenca)

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